La Visión del Profesional: Aitor González. Entrenador
¿Hace falta que explique qué es el deporte adaptado? La respuesta que me puedas dar tú, estimado lector, influirá significativamente sobre la dimensión que tiene este término en la actualidad. ¿Por qué digo esto?, muy sencillo: si hace falta que te lo explique es que poco arraigado está este concepto, y por lo tanto no se está extendiendo en la sociedad como se pretende de acuerdo a los avances en las libertades y derechos de los ciudadanos en una sociedad del «bienestar»; si por el contrario no hace falta que lo explique, probablemente querido lector seas un profesional o persona ligada a este mundo, o eres muy curioso.
He de decir que lo más seguro que haya ocurrido con la mayoría de vosotros es que tenéis alguna noción de lo que esto significa, pero no todas las ideas claras… es normal. A día de hoy los conceptos Deporte Adaptado y Discapacidad siguen estando en una fase embrionaria, aunque cierto es que tales se expanden progresivamente.
El deporte adaptado nace hace mucho tiempo, a raíz de los primeros afectados en las guerras mundiales (en muchos de los casos amputados o con alguna discapacidad física) en la que empezaron a realizar práctica deportiva de manera habitual a pesar de sus capacidades nuevas. Es por tanto un concepto de la actividad física y el deporte que se viene desarrollando desde hace bastante tiempo, pero que como ocurre en la mayoría de los casos, su crecimiento es lento y lleno de condicionantes.
Entendemos así que el deporte adaptado son todas aquellas manifestaciones fisícas-deportivas en las que participan las personas con discapacidad siguiendo modelos iguales o similares a las manifestaciones existentes actualmente en los deportes o juegos convencionales para personas sin discapacidad. También podemos incluir juegos o deportes específicos para estas personas, como ocurre en el caso del Goalball (que no significa que no se pueda realizar por parte de personas sin discapacidad.
En España el deporte adaptado tiene una cierta relevancia gracias en mayor medida a la dimensión que se le da al deporte en general. Fue en Barcelona 92 cuando el deporte en España recibe el gran impulso sociológico que ha perdurado en cierta medida hasta la actualidad. No obstante, este impulso del que hablamos no se da en todos los deportes por igual, ni en todas las facetas del mismo: es bien sabido que los deportes de equipo poseen mayor transcendencia y práctica deportiva que los individuales, y a su vez los deportes de verano y terrestres (por denominarlo de alguna manera) poseen mayor índice de participación que los de invierno principalmente.
Esto es un desequilibrio que lleva a la condena de los mal denominados «deportes minoritarios». Naturalmente, esto transfiere de igual manera en las modalidades del deporte adaptado. En primer lugar, tenemos la captación de los deportistas con discapacidad. Bien es sabido que aunque se está trabajando en favor de la normalización y de la igualdad y naturalidad de todos, la discapacidad sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad, que impide que en muchos casos salgan deportistas con posibilidades extraordinarias ya sea por desconocimiento de las posibilidades que hay, o por el sobreproteccionismo de las familias en cuanto a la normalización de las personas con discapacidad: por otra parte clasificación de los deportistas por discapacidad, y por tanto por federación específica de la discapacidad, repercutiendo en que dada la función del peso/nivel de actividad de la federación, habrá deportistas con mayor/menor incidencia en su deporte. Es conocido que en la actualidad existen federaciones con gran poder institucional y económico que desarrollan en buena manera su programa deportivo (caso de la federación de ciegos) así como federaciones que presentan mayores dificultades a la hora de promocionar su práctica deportiva (ya sea por número de licencias, complejidad y costosidad de las modalidades deportivas que integra, etc.).
Por último, la difusión a nivel educativo o lúdico no es la suficiente como para acercar en mayor medida hacia la práctica de esta modalidad, restando potenciales usuarios y a su vez número de licencias y de equipos en competición. Entiendo que es necesario dar mayor reconocimiento por partes de todos los agentes participantes en el mundo de la educación física (instituciones, profesionales, clubs, fundaciones, deportistas) para que se pueda dar mayor protagonismo a una práctica deportiva que va cada vez más en aumento. También es necesario que la federaciones deportivas convencionales integren sus modalidades «Paralímpicas» a su federación, como ya ocurre en casos como la de tenis, vela, ciclismo y alguna más. De esta manera estos deportes recibirían un impulso de estructuras deportivas más organizadas, con mayores recursos y con mayor experiencia en los deportes que comprenden a diferencia de las federaciones de físicos, sordos, o parálisis, que aunque tratan de desempeñar su labor de la mejor manera posible, no pueden atender a las especificaciones de cada deporte como una federación específica.
Por tanto, estamos frente a un panorama en el que el deporte adaptado se presenta como un intento de afianzamiento , pero que aún se encuentra en pañales en cuanto a alcanzar cotas de notoriedad como el deporte estandarizado, tanto en cuanto se aprecie la discapacidad como algo «natural» dentro de una sociedad totalmente heterogénea. A día de hoy existen los mecanismos para dar impulso a esta modalidad deportiva, pero falta la concienciación, profesionalización, el interés de los organismos y la difusión para que esta modalidad tome el peso que debe tener dentro del engranaje social y del deporte en la globalidad, impide que el desarrollo fluya hasta alcanzar lo que se espera al fin y al cabo: la naturalidad y la aceptación de esta «nueva» realidad que es la de no segregar a las personas denominadas «con discapacidades».